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Escultura Azteca: Características, Símbolos e Imágenes

La escultura Azteca en piedra es la culminación de una larga tradición Mesoamericana del grabado en piedra –desde roca ordinaria volcánica hasta piedras semi-preciosas de alto valor tales como el Jade– en objetos y monumentos de todo tipo. La tradición comenzó con las poblaciones Olmecas de la Costa del Golfo en el segundo milenio a.C., si no antes. Literalmente cientos de esculturas aztecas, yendo desde trabajos personales de pequeña escala hasta monumentos públicos de más de 3 metros, eran grabadas completamente en relieve. Muchos aún existen a pesar de la destrucción masiva de parte de la conquista española, que los consideraban ídolos herejes.

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La Escultura Azteca

Escultura azteca

La Escultura Azteca

Los mejores escultores en el imperio Azteca grababan impresionantes imágenes de los dioses, usualmente de gran tamaño, para su exhibición en templos y en espacios públicos en Sagrado Precinto de Tenochtitlan. Las esculturas servían para comunicar los conceptos de la religión Azteca y eran parte de rituales complejos; incluso monumentos históricos eran elevados al reino de los divinos y la ceremonia constaba en la adición de símbolos religiosos. Los temas retratados eran muchos, pero las imágenes de los dioses y las diosas eran por mucho los más numerosos. Los escultores seguían normas básicas para retratar figuras divinas: habitualmente mostrados en plano frontal y estrictamente simétrico, las figuras femeninas frecuentemente arrodilladas y con sus manos reposando en sus rodillas, las masculinas sentadas con sus rodillas hacia arriba y los brazos cruzados sobre ellas. Se mostraban rostros sin edad – ojos trazados y bocas semi-abiertas les daban una cierta imagen de vida – sin mucha individualidad. Con expresiones serias, retratan los ideales de belleza femenina y fuerza masculina. Los atributos, a menudo incluyendo características animales como colmillos y garras, y con vestimentas específicas para cada deidad como tocados, pectorales y ornamentos faciales cuidadosamente retratados. Estos eran reconocibles por los fieles.

También se solían retratar animales y plantas, cajas tapadas, recipientes de sacrificio e instrumentos musicales. Los escultores aztecas utilizaban herramientas de piedra simple y madera dura, cordones de fibra, agua y arena para grabar las convertir las piedras en piezas que variaban desde piedras apenas talladas a obras maestras complicadas y brillantemente detalladas.

Motivos en la Escultura Azteca

Calaveras

Escultura azteca

Escultura azteca

Una gran parte de la escultura azteca incorporaba el motivo de calaveras; hoy en día esto es conocido en México como “arte sobre calaveras”. En la tradición azteca, tanto la muerte como la vida son adoradas en conjunto, y la calavera –un símbolo de la idea de la muerte– era una promesa de resurrección. El uso de cráneos y esqueletos en el arte Azteca se originó antes de la conquista, y los aztecas a menudo grababan calaveras en sus esculturas de piedra, monolitos de lava y máscaras de obsidiana y jade.

Espejos grabados

Una forma de escultura única y versátil era grabar espejos. Los espejos de obsidiana en la época precolombina eran fabricados desde la piedra y tenían un gran número de usos, desde decorativos hasta espirituales. Durante el final del período post-clásico (años 1200-1521), estos espejos, que simbolizaban poder y dominio, eran usados en rituales para acceder espiritualmente el inframundo Azteca y comunicarse con el reino de los muertos. Los espejos aztecas eran originalmente sostenidos en marcos de madera y eran decorados con ornamentos perecederos, como plumas. Durante la conquista española, Hernán Cortés fue conocido por haber enviado espejos de obsidiana a la corte real de España, en donde se convirtieron en valiosos objetos de colección de la aristocracia europea.

Calendario de Piedra

Escultura azteca piedra del sol

Escultura azteca: Piedra del Sol

Uno de las esculturas aztecas más conocidas es el Calendario de Piedra. También conocido como la Piedra del Sol Mexicana o la Piedra de las Cinco Eras, es una gran escultura monolítica que fue extraída del Zócalo, de la cuadra central de la Ciudad de México, el 17 de diciembre de 1790. Esta piedra es de 3,58 metros de diámetro y de casi un metro de ancho, y pesa alrededor de 24 toneladas; en su superficie existen complejos grabados y motivos esculpidos que se refieren a los componentes centrales de la cosmogonía azteca. Mientras el propósito exacto de esta piedra no está del todo claro, los arqueólogos e historiadores teorizan que puede haber muchas funciones para la piedra, desde relacionadas con el espacio-tiempo hasta políticas y religiosas.

Monolito Tlaltecuhtli

Tlaltecuhtli

Escultura de Tlaltecuhtli

En 2006, un gran monolito representando a la diosa de la tierra Tlaltecuhtli fue descubierta en una excavación en el Templo Mayor de Ciudad de México. Esta escultura mide cerca de 4 x 3.6 metros, y pesa cerca de 12 toneladas. Es el monolito azteca más grande jamás descubierto, más grande que el famoso Calendario de Piedra (o Piedra del Sol), y que la Coyolxauhqui.

Esta escultura, grabada en un bloque de andesita rosada, representa a la diosa en la clásica posición de agacharse y está vívidamente pintada en ocre rojo, blanco, negro y azul. Después de muchos años de excavación y restauración, el monolito puede ser visto en exhibición en el museo del Templo Mayor.

Es interesante notar que, en la cultura azteca, muchas esculturas, particularmente en el caso de las representaciones a Tlaltecuhtli, no fueron hechas para ser vistas por humanos. Estas esculturas fueron grabadas y colocadas en un lugar escondido, o grabadas en la cara interior de las cajas de piedra y las esculturas de chacmool. Estos objetos fueron hechos para los dioses y no para los humanos y, en el caso de Tlaltecuhtli, que las imágenes miraran hacia la tierra que representan.

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